Para siempre, mi amor by Zahara C. Ordóñez & Ángeles Valero

autor:Zahara C. Ordóñez & Ángeles Valero [C. Ordóñez, Zahara & Valero, Ángeles]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-12-14T00:00:00+00:00

Capítulo 5

Meribeth

—Encuentro imprudente que haya estado aquí a solas con dos caballeros, mi señora, aunque, si me paro a pensarlo detenidamente, uno de ellos es el que fuera el señorito Declan, y él es como de la familia. Todavía lo recuerdo con los mofletes llenos de chocolate corriendo por los pasillos detrás de usted, tratando de cogerla del lazo del vestido.

Bethany parloteaba mientras adecentaba mi peinado: un hermoso recogido adornado con cintas de un morado oscuro, a juego con el color del vestido. Seguía siendo un atuendo austero, pues la tela no tenía grandes adornos, pero al menos era más animado que los que estaba vistiendo últimamente a causa del luto. Asentí a sus palabras, a la par que ella lanzaba otras que me dejaron sin habla por unos segundos.

—Siempre pensé que ustedes dos se casarían.

Frente al espejo, levanté la mirada y me topé con la de Bethany, que rezumaba un cariño sin igual. No podía reprenderla por ese pensamiento, pues yo me había encontrado con él en la soledad de mis días todos aquellos años.

—Yo también lo pensé, pero… ya sabes, mis padres no me dejaron alternativa después de lo que sucedió.

—Hace mucho que no me habla de ella. ¿Está bien? Espero que la estén tratando como se merece.

—Es un buen internado. Crecerá como la señorita de buena cuna que es, aunque jamás pueda decirle que… —⁠Callé, con un nudo en la garganta.

Bethany puso una mano en mi hombro y lo apretó con cariño.

—Quizá algún día pueda hacerlo. Quizá encuentre las fuerzas y la manera.

—Pensará que la abandoné a su suerte.

—Como bien ha dicho, será una muchacha bien instruida y conocerá cómo funciona el mundo, por lo que entenderá por qué lo hizo. —⁠Terminó de retocar mi peinado y agregó⁠—: Ella lo entenderá y la querrá, ya lo verá.

Suspiré largamente, en tanto que me ponía en pie. Admiré en el espejo mi aspecto, varios segundos, mientras trataba de verbalizar mis pensamientos.

—¿Y él? ¿Qué pensará él? Si se lo digo, quizá no quiera volver a hablarme.

—Él… —Bethany quedó pensativa un instante⁠—. Él no tendrá más remedio que aceptarlo también. ¿Qué otra opción le queda? No es que podamos dar marcha atrás en el tiempo, aunque…

—¿Aunque? —La miré intrigada.

—¿No ha pensado que ahora podrían estar juntos? Él ya es un hombre de posición y fortuna, y sus padres no están para reprobarla.

—No negaré que guardo sentimientos por él después de todo, pero dudo que me acepte. Aún ha de esconder el reproche en su corazón por haberlo abandonado, por haberlo dejado de lado cuando tantas promesas se habían hecho.

Él había sido todo mi mundo hacía tiempo. El amor de mi vida a quien las presiones de mi familia me obligaron a dejar atrás.

Nuestra historia había dado comienzo cuando él, hijo de un marino que había hecho fortuna, se instaló en una propiedad cercana. Declan tenía seis años y yo cinco, pero en el preciso instante en el que nuestros ojos se cruzaron, supe que quería pasar con él el resto de mi vida.

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